Arranco mi actividad en el blog escribiendo sobre Fórmula 1, y más precisamente, sobre un piloto que ha dado espectáculo en este último Gran Premio de China. Hablo del Australiano Mark Webber, quien con Red Bull hizo quizás una de sus mejores carreras.
Australia y Malasia habían sido malas. Con un coche totalmente opuesto al de su compañero Vettel, claramente favorecido por todo el equipo RedBull, especialmente por su dueño Dietrich Mateschitz, su director Cristian Horner y su diseñador estrella Adrian Newey, Mark tuvo pobres resultados, tanto en clasificación como en carrera. Complicaciones mecánicas (neumáticos Pirelli, KERS, DRS o los que quieran citar) lo perjudicaron mucho, mientras que su compañero bebía vino espumante (para no llamarle champ***) en lo más alto del podio.
Pero China traía un gran regalo para él. El sábado, en clasificación, había quedado muy detrás, a tal punto que había sido la sorpresa del día. En carrera, desde el 18vo lugar, sin dudas también sería noticia. Estancado por momentos, complicado por tráfico o por su propio coche, Mark luchó, y con un gran espíritu de superación, con hambre de gloria, alcanzó, a tan solo dos vueltas del final del gran premio en Shangai, la tercera posición. El podio, bien merecido, y detrás de su team mate, esta vez en la situación inversa, con los problemas que hoy no relegaron al australiano. Y pasaron Schumacher, Alonso, Massa, Rosberg, y Button. Por nombrar sólo a algunos de los 15 pilotos a los que superó, a puro manejo.
Por eso para mí es el personaje del día. Cómo alguien puede, a pesar de las adversidades, luchar hasta el final por lo que se quiere. Y hoy Mark Webber mostró, con manejo y garra, que se puede, y e cualquier ámbito de la vida.
¡Saludos y gracias!
(Dedicado a mi hermano Luciano, que hoy festejó a lo grande por el 3er puesto de su ídolo)
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