Marion Bartoli |
Pronto la veremos en exhibiciones,
en numerosas entrevistas, o incluso volver, pero es temprano para hablar de
ello ahora. Y es que aún permanece fresco el anuncio del retiro de Marion
Bartoli, la última campeona de Wimbledon, una verdadera guerrera en el court.
Entre lágrimas, ella misma se
encargó de dar la noticia, aludiendo a problemas físicos que podrían impedirle
desarrollar un buen tenis, el mismo con el que supo ganar el título más
importante de su carrera, hace poco tiempo en Gran Bretaña, sobre el césped de
Londres. Un título inesperado, e histórico. Aquel Wimbledon quedó en la memoria
de muchos seguidores del deporte, por la particularidad de haber tenido a una
tenista aparecida casi de la nada consagrándose en la final. Lo que vino
después, fue realmente lamentable, ya que muchos no rieron con ella, sino de ella.
Lejos de los estereotipos y de
cuestiones similares, Marion se había impuesto en un tenis que actualmente nos
tiene acostumbrados a ver a bellas mujeres sobre la cancha, llevándose los
trofeos y los laureles, o a mujeres como las hermanas Williams, cuyo talento y
poderío son indiscutidos desde hace ya varios años. De baja estatura, y sin contar con un rostro de
muñeca, la joven francesa fue blanco de críticas justamente por estas condiciones,
que iban al aspecto físico, pero también al talento. ¿Quién era ella? ¿Qué
hacía ahí llevándose los sets de la final? ¿Por qué no ganó una de las
favoritas? En principio, bien vale aclarar que Marion Bartoli, en el mundo del
tenis, no es ninguna desconocida. Profesional desde el 2000, alcanzó su primera
final y conquistó su primer título recién en 2006, pero a partir de allí
continuaría una racha que la llevaría a mayores cosechas y a la suma de 8 títulos,
incluyendo su hazaña en Londres. Y si bien no siempre estuvo entre las grandes, o dentro de las 10 mejores, al menos se ha mantenido durante un buen
puñado de años en buenos puestos y mostrando su calidad, en dobles o en
singles, esa misma con la que llegaba al césped inglés hace casi dos meses
atrás, para llegar a lo más alto.
Una sonrisa y un festejo, en Wimbledon 2013. |
Las críticas. Mencionadas, repetidas, conocidas. Incomprensibles. Cuidado. Las redes
sociales, como siempre a la cabeza, han sido las responsables de mostrar lo
bueno y lo malo, pero algo seguro, como que la popularidad de Marion está aún
en ascenso, gracias a su título y a ser justamente una ganadora que no
pertenece a lo que podría llamarse la “élite” del tenis de la actualidad; popularidad
que creció gracias a los que critican, como quien les escribe, a aquellos que
se atrevieron en su momento a escribir, valga la redundancia, desde sus puestos de “expertos”, que la
francesa no era física y capaz hasta tenísticamente la campeona indicada, la
tenista ideal. Cuestiones como esas no han hecho más que enaltecer su imagen, su
talento, y su belleza. Todo eso que se extrañará a partir de hoy mismo en las
canchas.
Wimbledon le exigió un esfuerzo muy grande, y es el motivo principal del retiro, como la propia Marion declaró. Una noticia que ha sorprendido y que aún lo hace. Quién sabe por cuánto tiempo se hablará dentro del mundo del tenis sobre esto, pero algo quedará bien grabado: Bartoli no se retira como número 1 del mundo, pero sí lo hace como una.
Aplausos para Marion y su decisión
de dejar el tenis, de pie para aplaudir a una verdadera campeona. Aquella que
rompió todos los esquemas y logró el éxito por su originalidad, pero sobre
todo, por su juego. Esperemos verla pronto en acción, sea, como expresé al
principio, en exhibiciones, en entrevistas, quién sabe si como comentarista, o
simplemente de nuevo como profesional. ¡Éxitos, Marion! ¡Que viva el Tenis!