martes, 10 de diciembre de 2019

EL POST DE LAS ASUNCIONES PRESIDENCIALES ARGENTINAS

Un tiempo ha pasado ya desde la última vez que postee algo. ¡Quién lo diría! En épocas del embole de las modas como la del Instagram, quienes alguna vez tuvimos un blog nos sentimos por demás avejentados, obsoletos o mejor dicho, desactualizadísimos. Pero acá estoy, una vez más para hacer algo que me gusta, hablar un poco de historia.

La seguidilla de traspasos de mando en Argentina no siempre fue igual. O por lo menos, no siempre estuvo registrada fílmica o gráficamente. Debemos remitirnos a la primer asunción de Juan Domingo Perón, en 1946, para tener una fotografía de un traspaso de mando. En aquella ocasión, Edelmiro Julián Farrell, quien había dispuesto del arresto de Perón en 1945, fue el encargado de entregar la banda y el bastón al líder justicialista.

Farrell entrega el mando a Perón, 1946


Tras ganar en las elecciones de 1952, Perón asumió por segunda vez. Lógicamente, no podía entregarse la banda a sí mismo, por lo que simplemente se dedicó a jurar. Lo acompañó Eva Duarte, en una de sus últimas apariciones públicas.

Perón asume en 1952. A su lado Eva, ya con el rostro demacrado por su enfermedad.


Pero Perón fue derrocado en 1955. ¿Quién pasaría la banda? Pues es el momento en donde el Ejército puede hacer de las suyas, por lo que una comitiva militar entregó el mando a Eduardo Lonardi.

Los militares entregan el mando a Lonardi, 1955. No hay imagen con mejor resolución.


Lonardi duró muy poco tiempo, pues pretendía cierto diálogo con los sectores obreros y peronistas. Por ello, fue removido de su cargo y reemplazado por Pedro Eugenio Aramburu, mientras que Isaac Rojas, conocido antiperonista extremo, continuaría como vice.

Rojas -centro/izquierda- con Aramburu -centro/derecha-. No existe una imagen de la asunción de Aramburu. Esta es de un acto.


 Los militares se atrevieron a hacer los deberes y llamar a elecciones para que regresara la democracia al país. Sin embargo, venía con trampa. Quien asumiera, estaría muy vigilado por las FFAA, y si era necesario, podría ser destituído por la fuerza. Arturo Frondizi, de la UCR, sería precisamente quien, tras llegar al poder con el apoyo peronista, sería derrocado por las milicias y tras varios intentos frustrados. Adiós a la recordada y discutida esperanza desarrollista...

Aramburu entrega el mando a Frondizi, 1958. Curiosamente no hay imágenes de calidad, y la utilizada aquí es una captura de video.


Tras el derrocamiento de Frondizi, José María Guido asumió la presidencia, en 1962. Las milicias, muy poderosas entonces, fueron las encargadas de tomarle el juramento. Guido es conocido por ser el "único presidente rionegrino", pese a no ser de Río Negro, pero al tener los años de residencia suficientes en esta querida provincia -más precisamente en Viedma- como para representarla.

El Ejército entrega el mando a Guido, 1962. Al no haber presidente, vicepresidente y por lo tanto, presidente del Senado, asumió en calidad de presidente de la Cámara de Diputados.


La estabilidad regresó, pero siempre a medias. Por ello, se llamó a nuevas elecciones. Nuevamente ganó el radicalismo, de la mano de Arturo Illia, aunque esta vez sin el apoyo del peronismo, que no quiso meterse en la elección. Illia asumió en 1963 y demostró, a pesar del poco tiempo que estuvo en el poder, una ordenada y prolija capacidad de gestión, que evidentemente no gustó a las FFAA, ni a mucha crítica posterior...

Guido entrega el mando a Illia, 1963. Increíblemente, tampoco se dispone de fotografías o videos con una buena calidad. Esto es lo mejor que apareció.


Pero ser prolijo y hacer las cosas bien, por lo visto, parece que no alcanza. Las FFAA ordenaron a Illia retirarse por las buenas, algo que el presidente debió hacer. Juan Carlos Onganía, que ya venía siendo una piedra en el zapato para el mandatario, finalmente logró su cometido y accedió a la presidencia en 1966.

El Ejército entrega el mando a Onganía, 1966.


Onganía aplicó la Doctrina de Seguridad Nacional para evitar el avance de guerrillas y grupos de izquierda, pero tras la serie de "azos" que ocurrieron en distintos puntos del país, el Ejército optó por retirarlo. Su sucesor sería Roberto Marcelo Levingston, mucho más incapaz que Onganía.

El Ejército entrega el mando a Levingston, 1970.


Levingston estuvo poco tiempo en el poder, a punto tal que, tras ocho meses, sería destituído. Su reemplazo, Alejandro Agustín Lanusse, sería el encargado de jugar con el peronismo hasta lograr que el anciano líder justicialista regresara del exilio.

Lanusse -en el centro, de blanco- toma juramento como presidente, 1971. Tampoco se dispone de imágenes en mejor calidad de la asunción de este presidente de facto.


Lanusse convocó a elecciones en donde el peronismo se impuso, pero no con Perón, sino con Héctor José Cámpora. En 1973, regresó la democracia.

Lanusse entrega el mando a Cámpora, 1973.


Pero la misión de Cámpora era abrir la puerta para el regreso al poder de Perón, y tras 49 días, renunció. Sería sucedido por Raúl Lastiri, encargado simplemente de mantener el orden hasta la realización de los comicios.

Cámpora entrega el mando a Lastiri, 1973.


Finalmente, Perón llegó a la presidencia. Además de su edad, el contexto cambiadísimo de entonces lo encontró enfrentado con sectores de su propio partido, en especial aquellos más jóvenes. Perón moriría el 1º de julio de 1974.

Lastiri entrega el mando a Perón, 1973. Increíblemente tampoco existen fotografías en mayor tamaño y calidad.


La sucesora de Perón, María Estela Martínez, se convertiría de esta manera en la primera mujer que accede a la presidencia argentina. Su mandato estaría marcado, sin embargo, por numerosos dramas económicos, políticos y sociales, en parte debidos a la fuerte influencia de López Rega, quien supo ser secretario de Perón. Fue destituído en 1975, pero su exclusión del gobierno no evitaría el peor golpe para la gestión de Isabel y para la propia democracia nacional...

María Estela Martínez asume la presidencia, 1974. No hay fotografías que muestren su asunción efectiva.


Isabel fue depuesta por la Junta Militar, el 24 de marzo de 1976, dando paso a una de las etapas más oscuras de la historia nacional. El Proceso de Reorganización Nacional costó la vida de numerosas personas en todo el país, la desaparicion forzada, las persecuciones, la represión, la censura, pero también, las medidas tendientes al endeudamiento y la crisis. Videla, Massera y Agosti permanecerían hasta 1981, cuando la propia junta designó a Roberto Viola.

La Junta Militar se autoproclama, 1976.


Los fracasos económicos de los gobiernos militares implicaron varias sucesiones; Viola reemplazó a Videla en 1981, Leopoldo Galtieri hizo lo propio con Viola en 1982, y Reynaldo Bignone sucedió a Galtieri en 1983, ya con mayores manifestaciones en las calles y una todavía mayor inoperancia del gobierno. Bignone llamaría a elecciones para que la democracia hiciera su triunfal retorno, de la mano del candidato radical Raúl Alfonsín. Se fueron, y no volverán.

Bignone entrega el mando a Alfonsín, 1983.


Alfonsín estuvo casi seis años en la presidencia, pues tuvo que entregar antes el poder frente a la crisis económica y social que venía desatándose desde la segunda parte de su mandato. El entonces líder justicialista, Carlos Saúl Menem, asomó como la gran esperanza para el mandato 1989-1995.

Alfonsín entrega el mando a Menem, 1989.


Menem logró frenar la famosa hiperinflación y tuvo medidas que, al principio, dieron buenos resultados. Sin embargo, la otra cara de la moneda vino de la mano de las privatizaciones de numerosas empresas, la aparición con fuerza del desempleo y la crisis de los sistemas sanitario y educativo. De todas formas, Menem logró la reelección en 1995, tras acortar el período presidencial de seis a cuatro años.

Menem asume su segundo mandato, 1995.


Fernando de la Rúa asomó como la solución al descontento, y como una oportunidad para el radicalismo de volver. Así, triunfó en las elecciones de 1999 con un buen margen. Pero la gestión dejaría mucho que desear, y pese a contar con Domingo Cavallo en Economía, la situación social se volvió insostenible, y tras declarar el estado de sitio, el presidente debió renunciar.

Menem entrega el mando a De la Rúa, 1999.


La famosa semana de los presidentes que se sucedieron en diciembre de 2001 tiene una verdad, y es que no todos los que se hicieron cargo del Poder Ejecutivo son reconocidos como presidentes. Ramón Puerta, el primero en asumir esta tarea, no es considerado presidente debido al poco tiempo que estuvo. Sin embargo, fue el encargado de delegar el poder en Adolfo Rodríguez Saá. Posteriormente, tras algunos días más, Saá fue sucedido por Eduardo Camaño, quien finalmente, el 2 de enero de 2002, entregó el poder a Eduardo Duhalde. Un período tumultuoso pero esperanzador asomaba.

Ramón Puerta entrega el mando a Rodríguez Saá, 2001.

Camaño entrega el mando a Duhalde, 2002.


Finalmente, y tras lograr cierta mejoría gracias a la labor de Roberto Lavagna en Economía, Duhalde convocó a elecciones para 2003, en donde triunfaría Néstor Kirchner.

Duhalde entrega el mando a Kirchner, 2003.


La sucesión de Kirchner estuvo en manos de su propia esposa, Cristina Fernández, ganadora de las elecciones de 2007. Que entre familia se entregaran el mando, y no por fallecimiento, era algo que pocas veces había ocurrido; habría que remontarse a cuando Miguel Juárez Celman, yerno de Roca, le sucedió en 1886.

Kirchner entrega el mando a Fernández, 2007.


Cristina Fernández fue reelecta para 2011, un año después de la muerte del propio Néstor. Distanciada ideológicamente de su vicepresidente, Julio Cobos, optó por pedir que la banda y el bastón le fuesen entregados por su hija, Florencia.

Florencia Kirchner entrega el mando a Cristina, 2011.


Debido a la influencia de los medios en la sociedad, y al crecimiento de la denominada "grieta", que generó toda una campaña en su contra, Cristina Fernández optó por no entregar personalmente el mando a su sucesor, Mauricio Macri, en 2015. Por ello, la presidencia fue ocupada temporalmente por Federico Pinedo, nieto del conocido economista de igual nombre famoso durante los años treinta y cuarenta. Tras 12 horas en el poder, Pinedo finalmente pudo ceder la presidencia a Macri. Pero Pinedo tampoco es considerado oficialmente como presidente.

Pinedo entrega el mando a Macri, 2015.


Finalmente, llegamos al 2019. Luego de toda una campaña que también implicó influencia mediática, Macri se enfrentó en las elecciones a Alberto Fernández, quien finalmente ganaría. Su llegada al poder viene de la mano de la esperanza de numerosos sectores de la sociedad que, descontentos con la gestión macrista, le han dado su voto de confianza a quien se considera una continuación del kirchnerismo, pero que sin dudas tendrá su propia impronta en los cuatro años de gestión que tendrá por delante.

Macri entrega el mando a Fernández, 2019.

¡Muchas gracias por leer esta breve historia!

viernes, 27 de junio de 2014

LAS CANCIONES DE LOS MUNDIALES Y ESA BAILABLE FORMA DE DISFRUTAR EL FÚTBOL





Sin dudas que las canciones de la Copa del Mundo son algo muy comentado en épocas mundialistas. En cada cita o en los días anteriores a la misma son muchos los aficionados que, ahora gracias a internet, buscan cuáles fueron aquellas melodías que encabezaron a su respectiva competencia. Las canciones de los Mundiales aparecen entonces entre esas “curiosidades” o esos datos extradeportivos que igualmente ayudan a apreciar al deporte, a conocer más sobre la historia de la Copa del Mundo, y por supuesto, a crear un “oído crítico”, capaz de evaluar cuáles son las mejores, o las más destacadas. Sin embargo, últimamente ha notado quien les escribe que, por una u otra razón, varios canales televisivos o sitios web comparten canciones que no fueron realmente las “oficiales”, sino otras, pertenecientes al medio televisivo que transmitió la Copa en su momento, o realizadas por alguna empresa en particular, o compuestas por otro músico o banda que igualmente sonaron tanto o más inclusive que aquella que la FIFA -supongo- declara como la “verdadera” u oficial. Ojo, no fueron “falsas”, sino que simplemente no fueron las que FIFA estableció. Por ello no pierden su valor y muchas fueron igualmente trascendentes.
A continuación, un repaso por todas las canciones oficiales de la Copa del Mundo, y una breve mención de quienes le pusieron la voz a un pedacito de esta gran fiesta del fútbol.



No todos los Campeonatos del Mundo de fútbol tuvieron una canción oficial, como así tampoco hubo mascotas desde el principio. Y es que los primeros mundiales fueron simplemente competiciones que, siguiendo el formato de los Juegos Olímpicos, se desarrollaron cada cuatro años para conocer al mejor equipo del mundo. Por supuesto que no existía toda la “pompa” que hay ahora, ni mucho menos tenían la difusión que tienen en la actualidad. La primera canción surgió en Chile, en 1962. Un país que estuvo cerca de no organizar el Mundial, logró superar las expectativas y dar lugar a un gran torneo, con mucha competitividad, estrellas y buen juego. Fueron Los Ramblers quienes compusieron la primera melodía, titulada El Rock del Mundial, y que se convirtió rápidamente en un éxito, a tal punto que la FIFA la estableció como la primer canción de un torneo de estas características. Con un ritmo característico del rock de estos rincones del mundo, como el propio Chile, Argentina y Uruguay -vale remitirse a bandas o artistas como Los Iracundos, Palito Ortega, Donald, Los Ángeles Negros y muchos otros para escuchar algo similar-, pero con ese estilo incomparable de Elvis Presley, la canción trascendió a tal punto que se la recuerda con mucho cariño y como una de las más destacadas.








Cuatro años más tarde, en 1966, en Inglaterra, el escocés Lonnie Donegan le puso la voz a la siguiente canción, llamada World Cup Willie, y que básicamente acompañó a la mascota, el león Willie, que fue la primera de un Mundial. Con un sonido típico inglés, uno puede imaginarse a Lonnie cantándola en un bar previo -o posterior- a un partido de la selección inglesa, finalmente campeona en su propia casa. El clima que se crea escuchándola es por demás festivo, y si bien es muy entretenida, quizás hoy muchos no la recuerdan como deberían.



 




Para México 1970 la canción tuvo sus particularidades. En primer lugar, el título, Fútbol México 70, no decía mucho más, y su estilo cambiaba repentinamente a mitad de la canción. Además de reiterativa, la letra era breve, aunque igualmente recreaba el clima festivo característico de los mexicanos, quienes muy cálidamente dieron la bienvenida por primera vez al Mundial.
Compuesta por Roberto do Nascimento, fue interpretada por los Hermanos Zavala. En verdad no hay mucha información sobre la canción, sobre qué más hizo Nascimento o si los Hermanos Zavala fueron realmente quienes la cantaron. Lo cierto es que no es de las canciones más reconocidas en la actualidad, en comparación con la de México 1986.








Desde la Copa del Mundo en Alemania en 1974 empieza la discordia. O por lo menos en la actualidad existe dicho desacuerdo sobre cuál fue la canción oficial, ya que, según la FIFA, la composición de la artista polaca Maryla Rodowicz, Fútbol, era la melodía de la competición, pero paralelamente, la propia selección germana -del Oeste, ya sabemos la historia-, grabó su propia canción, llamada Fussbal ist unser leben ("El fútbol es nuestro amor"), y que también fue muy importante. Personalmente incluso expresaría que es la segunda la de mayor difusión, por lo menos actualmente. Sabemos qué pasó con la selección anfitriona; derrotó a Holanda en una final que tuvo sus máximas emociones en los primeros minutos de juego, y ganó así su segunda copa. En cuanto a Maryla, continuó con su carrera musical con relativo éxito en buena parte de Europa, e incluso hoy brinda espectáculos recordando sus éxitos.









La historia de la canción de Argentina 1978 es controversial. En principio, desde ya que guarda un sabor amargo por su ritmo militar, acorde con los difíciles y nefastos tiempos que se vivían en el país. Con la junta militar en el poder al momento de llevarse a cabo la Copa del Mundo, la canción por supuesto que no podía diferir mucho del clásico sonido de las marchas militares. Por otra parte, hablando en un sentido musical exclusivamente, la composición del italiano Ennio Morricone es brillante. Si no estuviera opacada por el contexto político -nota: que por lo general puede opacar cualquier cosa-, podría considerársela como una de las mejores canciones de los Mundiales. Su estilo instrumental, con un coro acompañando la melodía principal, le agrega originalidad, y las trompetas, el toque distintivo y emocionante.
Ennio Morricone por supuesto que continuó vinculado a la música, y cobró aún mayor fama al componer la banda sonora de la película Cinema Paradiso, en 1988.








En 1982 se le asignó nada menos que a Plácido Domingo la tarea de cantar el tema del campeonato. Con el clásico sonido de la música española, que a la vez combina algunos elementos de la música árabe, El Mundial aparece como un tema alegre y que corona una Copa del Mundo llena de emociones y buen juego, y que finalmente quedaría en manos de Italia. 
A quienes apreciamos la ópera, ¡no consideremos esto como una mancha en el currículum del gran tenor! Sino por el contrario, veámoslo como otra joya musical del artista.









México contó para la Copa del Mundo de 1986 con dos canciones muy opuestas entre sí. Por supuesto que la más recordada es en español, una de las que más sonó y suena hasta hoy, en especial en Argentina, que guarda grandes recuerdos de la cita mexicana. El Mundo unido por un balón fue escrita por Juan Carlos Abara y publicada en 1984, pero trascendió aún más con el Mundial. De hecho, “el mundo unido por un balón” pasó a ser una frase emblemática y bastante utilizada al momento de referirse al certámen. La canción es muy bailable y alegre, mucho más que su antecesora azteca, pero es difícil de encontrar en internet, y las versiones que hay, no tienen el sonido digno de esta bonita melodía.
Sin embargo, hubo otra canción, que fue ni más ni menos que la oficial de la FIFA. A Special Kind of Hero es sin dudas una de las menos recordadas por los aficionados, quizás por el contraste de la misma, al ser cantada en inglés y tener un ritmo no tan característico del país anfitrión. Stephanie Lawrence hizo, de todas formas, un excelente trabajo vocal, y puso emoción a una melodía con sintetizadores y sonidos comunes en los años 80. Para quienes vieron en DVD o, en el caso argentino, los documentales mundialistas de DeporTV, notarán que la música de fondo no es más que una versión instrumental -y extendida por supuesto- de esta canción, reitero, de las menos trascendentes.
Stephanie Lawrence no tuvo una carrera muy extensa, pero sí muy intensa en la década del 80, en especial en teatro. En los 90 tuvo menos apariciones, y lamentablemente, falleció en el año 2000.









¡Qué decir de la canción de Italia! En 1990 Edoardo Bennatto y Gianna Nannini le pusieron la voz a la mejor canción de la historia de los Mundiales de fútbol. Un'Estate Italiana, o Un Verano Italiano, fue y será la más recordada, la más emotiva, y la más difundida en los medios. Musicalmente hablando, la pieza tiene mucha guitarra, una batería marcada, una base de bajo inconfundible y coros que, a mitad de la canción, realizan una interpretación inolvidable. El video musical -esta canción fue de las primeras en contar con uno- cuenta con Bennato y Nannini cantando entre imágenes del mundial anterior, aunque también se incluyeron escenas de la Eurocopa de 1988, ganada por Holanda, una de las máximas candidatas en 1990 y que sin embargo tuvo una pobre actuación en Italia, cayendo ante Alemania, finalmente campeón, en Octavos de Final.
El dúo cantó el tema en la ceremonia de inauguración, pero no volvió a juntarse. Ambos tenían hasta entonces carreras por separado, aunque quien más ha trascendido luego, sin dudas fue Gianna. La hermana del ex Fórmula 1 Alessandro Nannini es muy reconocida en Italia y otros países europeos, y continúa publicando interesantes trabajos. Edoardo también sigue en la música, con menos difusión que su compañera, pero igual reconocimiento en Europa y obviamente en la Península.








Los recuerdos del Mundial de Estados Unidos 1994 se encuentran divididos, en especial por estos lares. Al quedar Argentina sin Maradona y eliminada ante una brillante Rumania en Octavos -después de caer ante la otra revelación del certámen, Bulgaria-, no se le dio mucha importancia a esta Copa del Mundo. Pasó al “baúl de los malos recuerdos mundialistas” y quizás por ello no solo la copa sino también la canción no tuvieron -ni tienen- mucha difusión, en especial en televisión.
Pero la canción tuvo lo suyo. Daryl Hall, mundialmente reconocido por ser parte del exitoso grupo soulero Hall & Oates junto a John Oates, es verdad, ya no atravesaba un gran momento musical en los 90, pero de todas formas no se negó a componer la melodía oficial. Así nació Gloryland, un tema que, a pesar del olvido, tiene su parte emocionante. La voz de Hall es acompañada por el coro y fue presentada en la inauguración de la Copa -obviemos el acontecimiento del arco que se partía en dos, en donde la otra cantante tiró la pelota afuera, ¡por favor!-. Sin embargo Glory, la versión instrumental es aún mejor, y por qué no, de las mejores. El solo de saxofón acompaña a la misma melodía de la versión original aunque esta vez no hay voces principales, sino el saxo y de vez en cuando, un grito de gol de fondo. Al final, sí aparece un coro que repite que “estamos en la Tierra de Gloria”.
Daryl Hall ha continuado como solista, ya sin el éxito de sus años dorados, pero se juntó con Oates y volvieron al ruedo como el dúo dinámico que supieron ser.









El Mundial de Francia 1998 será recordado por muchas cosas, pero en especial, para muchos, por La Copa de la Vida de Ricky Martin. No tan brillante como la de Italia 90, rompió con los esquemas al ser quizás la primer canción “pegadiza”, con un ritmo capaz de hacer bailar a cualquiera. Y no falló. Tanto la versión en inglés como la versión en español tuvieron gran recibimiento y enorme difusión, como para redondear un certámen que estuvo lleno de goles, colores y emociones.
Pero, existió otra canción, que en su momento se la consideró como el tema “de Francia”, y no el oficial. Es verdad, no fue el oficial de la FIFA, pero creo que lo merecía. Youssou N’Dour, el famoso cantante senegalés, le puso la voz a una bonita canción, La Cour Des Grands, haciendo dúo con la cantante belga Axelle Red, de renombre en el Viejo Continente. A pesar de no contar con una versión en español, de todas formas el francés le aporta al tema un toque único y, a pesar de no ser tan bailable, o pegadiza como la de Ricky, tiene sus puntos a favor. Queda la discusión sobre si merecía algo más o no. Por lo pronto, es poco recordada actualmente. Y tanto Youssou como Axelle continuaron con sus carreras musicales, aunque N’Dour ha tenido actividades extramusicales, siendo por ejemplo nombrado embajador de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y Agricultura) en 2000.









El otro gran olvidado, aunque personalmente adhiero a la intención de borrarlo de la memoria, es el mundial del 2002, en Corea del Sur y Japón. Para variar, hubo más de una canción, y ninguna fue un “boom”. Justamente así, Boom, se llamó la canción que Anastasia presentó para esta cita mundialista, y aún con la difusión radial y televisiva, no fue un gran éxito. Por otra parte, se discute aún hoy si es la oficial o no. En aquel Mundial también el archireconocido Vangelis presentó la suya, Anthem, claro que con aún menos trascendencia. Existe la discusión, pues la del griego, era la música oficial, pero muchos hasta el día de hoy consideran a la pieza de Anastasia como la “verídica”.






 


Los alemanes siempre se han caracterizado por su prolijidad al momento de organizar eventos como una Copa del Mundo, pero con la canción escogida para la competición, literalmente tocaron fondo. El Mundial de Alemania 2006 tuvo tantas canciones, y tan intrascendentes en su mayoría, que decir que The Time of our Lifes, la pieza de Il Divo junto a Toni Braxton fue la oficial de la FIFA, suena realmente desalentador y decepcionante. Sin ofender a los fans de Il Divo y de Toni, por supuesto.








En 2010 la cosa también implicó un poco de polémica. Wavin’ Flag, del músico somalí K’Naan, fue la música con la que la empresa Coca Cola se anticipó a todos, y prácticamente se autoproclamó como la melodía del Mundial. El éxito fue casi instantáneo y no tardaron en aparecer versiones del músico con otros artistas, como David Bisbal, con quien realizó la versión en español, aunque manteniéndose el estribillo en inglés, interpretado por K'Naan.
Muchos incluso se confundieron y tomaron a la canción como la oficial, pero aún la FIFA no había anunciado a la ganadora. Y ésta, finalmente, sería Waka Waka de Shakira. Personalmente, la canción de K’Naan tenía mejor ritmo que la de la colombiana, y era bastante más emotiva. Pero Shakira se impuso con una canción que, lejos de ser la mejor de la historia de las Copas del Mundo, supo posicionarse entre los aficionados, quienes hasta hoy la recuerdan con cierto...¿cariño? Lamentablemente, hubo aún más canciones, todas con la intención de ser la oficial, o el himno que sonaría durante el Mundial, pero como mucho, se ubicaron como cortinas de televisión, o ni siquiera eso.









 Y cerramos con la música del Mundial de Brasil 2014, que estuvo a cargo de Pitbull. Junto a Jennifer Lopez y Claudia Leitte le pusieron la voz a "We Are One (Ole Ola)". Para empezar, ellos solamente hicieron la parte vocal, ya que la canción fue compuesta y producida por seis personas diferentes. Por otra parte, el sonido no dista de una canción “común” del mismo estilo/artista que puede sonar en la radio, lo que da a entender que tampoco tiene mucha originalidad. Puede ser bailable, pero no es una canción brillante. Para colmo de males, Coca Cola, Shakira y Ricky Martin también hicieron nuevas canciones, aunque esta vez no ganaron el voto de la FIFA.



 Así culmina el repaso por todas las canciones de los Mundiales de fútbol. ¿Cuáles son sus favoritas? ¿Cuáles no?

martes, 4 de marzo de 2014

LA PREVIA DEL MUNDIAL. ¿INFLUYEN REALMENTE LOS AMISTOSOS?


Sergio el Kun Agüero mueve el balón ante rivales de Bosnia-Herzegovina. 2013.


La selección argentina de fútbol se prepara para enfrentar a Rumania en lo que será su primer amistoso de 2014, previo a la Copa del Mundo de Brasil. Ya a fines de 2013 el combinado albiceleste jugó ante Ecuador y frente a Bosnia, futuro rival en el grupo F. Los resultados -0 a 0 y 2 a 0 respectivamente-, no sorprenden si se trata de un equipo que no jugó con sus máximas estrellas, pero que se supone incluyó a varios nombres que tienen prácticamente el puesto asegurado, por lo que las dudas en su momento aparecieron, y continuarán, según el resultado de este próximo cruce ante Rumania. Los amistosos previos a un Mundial, ¿influyen? ¿cuánto influyen? Pero en el caso de Argentina, ¿por qué casi siempre toca jugar ante rivales que no son potencias?
Todas las selecciones que participan en un Mundial sufren pequeñas “¿crisis?” previas al mayor certámen del fútbol mundial. Crisis que en realidad, tienen más que ver con una cuestión periodística, con rumores sobre qué jugadores van a estar presentes, quiénes no, y quienes deberían hacerlo, o no. Son crisis que en realidad se ven acrecentadas por el palabrerío mediático, y que culminan recién semanas antes del comienzo de la verdadera acción. Es que el tiempo pasa realmente volando, y de la inactividad lógica de diciembre, enero y febrero, aparece cierto “apuro” de parte de entrenadores y directivos para dejar al equipo al 100% de cara a la cita mundialista. Se llaman jugadores, se empiezan a descartar otros, y se planean amistosos con otros equipos. La selección argentina ya tiene confirmados al menos dos amistosos, uno de los cuales se llevará a cabo en menos de 24 horas, ante una selección eslava que supo saborear la gloria hace 20 años atrás, pero que después de Francia 1998 no ha logrado volver a clasificar al Mundial.
Pero vayamos más atrás en el tiempo. Argentina ha jugado con equipos de gran nivel en los años previos a los mundiales, pero esto no siempre ha sido así, en especial en los últimos años. Las figuritas repetidas parecen ser, Alemania e Italia. El conjunto germano ha sido rival de la albiceleste antes de Corea-Japón, antes de su propio torneo en 2006, y más recientemente, en 2012, cuando el combinado argentino ganó por 3 a 1. Por el lado de la azzurra, fue rival de Argentina antes de Corea-Japón, y más cerca en el tiempo, en 2013, para homenajear al Papa Francisco, en un amistoso que se llevó a cabo en Roma, y que culminó con triunfo argentino por 2 a 1. Podemos contar la serie de amistosos ante Brasil en 2011, con ciertos fracasos, y aquel dudoso 4 a 1 ante la recientemente consgrada España, en 2010, pero la referencia es tanto hacia los partidos jugados en el año del Mundial, como en los de eliminatorias
La ya desaparecida Yugoslavia, Escocia, Hungría, Argelia, Gales, Croacia, completan una lista que incluye a una Francia venida a menos después de su consagración de local, y a la que la selección nacional derrotó en un amistoso en 2009, previo a Sudáfrica 2010, con un gol de Lionel Messi. Dichos nombres, es claro, no deben ser menospreciados, ni subestimados, pero no se comparan con España, Inglaterra, Italia, Alemania, Holanda, Uruguay y Brasil. Y podemos incluir en un segundo plano a Portugal, Colombia, Suiza, y la eliminada Suecia. Pero los rivales de Argentina, ¿sirven realmente para prepararse para una Copa del mundo? Otros seleccionados hacen lo propio con equipos incluso más difíciles; sin ir más lejos, el caso de Chile, que luego de volver a derrotar a Inglaterra en Wembley -esta vez con dos goles de Alexis Sánchez-, jugará ante Alemania, quizás la máxima potencia del momento, y Brasil, a quien según la prensa, la historia, y por qué no la suerte, podría volver a enfrentar en octavos de final. Nada está dicho, pero la Roja consiguió dos rivales realmente de peso. Por ver otros ejemplos, Ecuador y Paraguay -que no estará en Brasil 2014-, hicieron lo propio en 2013, con diferente suerte ante Alemania, y mientras los ecuatorianos cayeron por 4 a 2, los guaraníes estuvieron a minutos de vencer a los germanos, en un interesante partido que culminó igualado 3 a 3. España e Italia jugarán entre sí, y lo propio harán Francia y Holanda. Brasil, el anfitrión, enfrentará a Sudáfrica, y si bien la verdeamarela tampoco es de jugar con rivales de gran nivel antes de cada competencia internacional, sus rivales suelen dar alguna que otra sorpresa, pero muy rara vez.

Argentina enfrentó a Italia en 2013, para homenajear al Papa Francisco.

Chile repitió hazaña ante Inglaterra. 2 a 0 en 1998 y en 2014.

Brasil, otra potencia futbolística que no suele jugar amistosos ante equipos de gran nivel.

En la Copa del Mundo, el panorama cambia. ¿A qué o a quién culpar? En 1998, Argentina tuvo en Francia su primer gran compromiso ante Inglaterra, y todo se definió por penales, en cuartos de final, Holanda fue superior. En Alemania 2006, la albiceleste empató en primera ronda justamente con los naranjas, y en cuartos de final, nuevamente, se quedó con las manos vacías tras perder por penales con el anfitrión. Y más cerca, en Sudáfrica, el conjunto nacional accedió sin problemas a la segunda ronda, para caer ante una fuerte Alemania en una paliza casi histórica. Sería incorrecto culpar a los amistosos previos, pero no puede negarse que nunca está de más, de cara a una competición tan importante como un mundial de fútbol, llevar a cabo una correcta preparación enfrentando a aquellos seleccionados “potencias”, “de nivel”, “de renombre”. Y si bien en algunos casos se atraviesan eliminatorias exhaustivas, los partidos que siguen, por más amistosos que sean, son desafíos, y mejor si son contra equipos importantes, ya que de esta forma podría verse el accionar de los grandes en plena Copa del Mundo.
En muchos casos suele decirse que los amistosos no dicen nada importante, y que la hora de la verdad llega recién en el torneo principal, pero esto tiene su parte de mentira, y su parte de verdad.

- No es verdad que los amistosos influyen: Porque en el Mundial se puede obtener un resultado adverso ante un rival enfrentado anteriormente, y se puede ganar o perder frente a una potencia.
- Es verdad que los amistosos influyen: Porque si la selección pierde, comenzarán a re/surgir dudas, se plantearán varios esquemas e incluso se pensará en un equipo alternativo, todo esto con menos tiempo, y el Mundial más cerca; la prensa jugará su papel, y comenzarán a pedirse cambios de diversa índole.

Se puede jugar contra quien se quiera, o mejor dicho, contra quien se pueda. Es relativo decir que los grandes jugará antes los grandes siempre, y que los chicos lo harán ante los chicos. Esto varía, pero un gran obstáculo debería aparecer en el camino de cada selección "candidata" para ayudarle en la preparación previa al Mundial. Y en el caso de Argentina, es realmente necesario. En una historia que parece no tener fin, y que lleva y llevará a un ilimitado número de opiniones, Argentina enfrentará a Rumania de cara al Mundial de Brasil 2014. Y esa, por ahora, es la única verdad. El resultado de este partido dirá algo relevante, o no, luego de culminados los 90 minutos.