jueves, 28 de abril de 2011

VERSTAPPEN - VETTEL: CUANDO UNA OPINIÓN EN FÓRMULA 1 ES TAN DISCUTIDA…

Hace algunos días, Jos Vestappen, ex-piloto de Fórmula 1, salió a decir que Sebastian Vettel, actual campeón de la categoría, era un arrogante, haciendo su particular comentario por la manera de festejar que tiene el piloto alemán.
El holandés, de pobre pero extensa trayectoria en la Máxima, es hoy comentarista de las carreras, y dijo que “Vettel es arrogante y presuntuoso (…), pero su forma de festejar, con ese dedo índice siempre alzado al aire, como queriendo recordar siempre que es el ‘Número 1’, lo vuelve antipático y también aburrido”. Y para quien les escribe, tiene razón.

El dedito de Vettel, cuestionado por muchos

Desde su triunfo en Monza en 2008 bajo la lluvia, con un coche de medio pelotón, como era (y seguirá siendo) Toro Rosso, el alemán estuvo en boca de todos. Su evidente paso a RedBull, el equipo mayor de las bebidas energizantes, algunos hasta se atrevieron a catalogarlo de “El Nuevo Schumacher” y, si bien demostró que el talento lo tenía, ya empezaba a verse ciertas actitudes “agrandadas” de su parte. Es verdad, salió campeón del mundo, y hasta ahora es el líder de la temporada, pero su título lo logró…

- Luego de haber cometido numerosos errores que lo dejaron al margen, pero que supo remontar porque los demás pilotos candidatos sumaban poco o no lo hacían;
- Chocando a quien se le cruzara; Jenson Button fue una de sus víctimas, pero también su propio compañero Mark Webber, y esto permitió al equipo RedBull definir quién sería el favorito para ganar el título: si, Vettel, y no Webber, que en aquel toque polémico de Turquía, salió “ileso”, quedó tercero y liderando el campeonato, mientras que, a un costado de la pista, el alemancito se iba haciendo el gesto de locura con el dedo en la cabeza, otra actitud repudiable, ¡y como si Webber hubiese tenido la culpa, habiendo estado defendiendo bien su posición!
- Poniendo, como dije antes, al equipo de los Toros Rojos en contra de Webber, dándole al australiano claramente un medio inferior con el cual no pudo siquiera sacar una victoria en las últimas 4 fechas, cuando había llegado como líder absoluto; y mientras Webber, como buen “caballero” que es dentro del ambiente, optó por el silencio, Vettel también quiso a los medios a su favor, dándoles a entender, erróneamente, que él era la pobre víctima.

No quiero olvidarme de remarcar que, desde el toque en Turquía con Webber, Vettel nunca más abrazó a su compañero en público, y comenzó a hacer su gesto arrogante con el dedo.

Europa 2010 (después del escándalo turco): Vettel no abraza a Webber, pero si a Hamilton, y dicho sea de paso, levanta el dedito...
  
¿Y Verstappen? Muchos ya han dicho que fue una falta de respeto lo que dijo, porque el no logró lo que si pudo Vettel. Pero Jos fue ex-piloto, obtuvo experiencia, y seguramente no vio actitudes así. Compañero de Schumacher en Benetton en aquel particular 1994, año en el cual obtuvo su mejor resultado, un 3er puesto en Hungría y otro en Bélgica, el holandés también “arruinó” la que podría haber sido la primera victoria de Juan Pablo Montoya en Brasil 2001 (el colombiano después ganó muchas más, inclusive en Mónaco, para dejar esta anécdota bien en el olvido), fue víctima del fuego en Alemania en 1994 (la imagen del incendio en su auto, cuando estaba parado en boxes) y supo obtener una “1/2 pole” en la pre-clasificación del viernes del Gran Premio de Francia del 2003, con el peor equipo de aquel entonces, Minardi.
La actitud de Vettel es notoria, y no hay que ser piloto o comentarista deportivo para darse cuenta de que, efectivamente, el alemán es arrogante, agrandado y antipático. Y ahora vamos al cierre de todo esto…opina Verstappen, piloto, y es falta de respeto; si lo mismo opinase Schumacher, también saldrían las críticas, más sabiendo que el séptuple campeón ya no gana como lo hace Vettel; si opina otro piloto en actividad, también hay críticas en contra, se lo tildaría de envidioso y otras cosas; si opina un periodista o analista del tema, le van a decir que se coloque el buzo de piloto y corra para salir a decir algo; y si opina alguien común y silvestre, como vos, como yo, como mi amigo Nico, la cosa pasa desapercibida, o en efecto quedás como un envidioso, porque él gana y vos no. Entonces, ¿por qué no se puede opinar cuando se tiene razón?

Nadie le va a robar el dedo, ¿qué necesidad tiene de poner cara histérica?
La foto de la discordia, Turquía 2010: "Webber loco", cuando en verdad la culpa no fue del australiano
Sabe que lo están enfocando, y también hace el gesto. ¿No les irritaría?
¡¡Y encima le ojea el bulto a Webber!!


¿y de Jos?

Hungría 1994





Su "1/2 pole position" en Francia 2003...



Saludos y gracias

Fuentes:  CORSA (corsaonline) , Archivo personal

1 comentario:

  1. Estoy acostumbrado a múltiples intentos de desprestigio de la figura de Sebastian Vettel, pero he visto pocos como éste tan inconexos y faltos de rigor.

    Revísese usted el Gran Premio de Italia de 2008 para observar por vez primera el "dedo de Vettel", a la venta en el Redbullshop por cierto.

    Si hay que explicarle la diferencia entre una seña de identidad y producto de márketing y un "gesto arrogante" igual usted no es el más indicado para verter opiniones en un blog que hagan referencia al mundo de la F1.

    Recuerdo un piloto que celebraba sus victorias indicando el número de ellas con los dedos de la mano (pobre, nunca aspiró a más de 10 en una temporada como ha realizado Sebastian en el 2011) o que celebraba con gritos histéricos de TOMA, TOMA!!! la consecución de un Mundial.

    Si usted a eso no le llama prepotencia ya sabemos de qué padece: fanatismo.

    Porque si algo es unánime en el mundo de la F1 es que Sebastian Vettel no despierta enemistades dentro y fuera de la pista. Es amable, siempre está dispuesto a una entrevista, a un acto promocional, a una sonrisa. Eso vende en la F1 y no criticar a todo el que se ponga por delante para evadir responsabilidades.

    Finalmente, revise el incidente en Turquía, por favor. Igual usted está acostumbrado a adelantamientos como los vividos en Alemania aquel mismo año, donde la clase se demuestra mediante un mensaje de radio.

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